Características del jardín inglés

Los diseños de jardines ingleses, tomando como partida los principios antes expuestos, del elemento natural, no eran desde luego reservas naturales y salvajes como las que actualmente se conservan en la naturaleza, eran a su manera, tan artificiales y sofisticados como sus precedentes franceses. El canon europeo de parque inglés incluye un buen número de elementos románticos; siempre existe un estanque con un puente o un muelle. Alrededor del lago suele encontrarse un pabellón de forma hexagonal, a menudo con forma de templo romano. A veces el parque incluye también un pabellón chino. Otros elementos corrientes son grutas y ruinas.

Elementos

Su concepción es irregular con caminos tortuosos y vegetación aparentemente no domesticada, dando una impresión natural. Se conservan y se explotan los accidentes del terreno, tales como cuestas. Hay abundante presencia de arbustos, malezas y elementos arquitectónicos que participan en su decoración: folly, rocas, estatuas, bancos,  etc. Asociación de diversas decorativas. Las formas y colores de la vegetación son variados. Los itinerarios no se señalan, ya que en el paseo por un jardín inglés se deja un espacio a la sorpresa y al descubrimiento y no suelen existir grandes avenidas rectilíneas que guíen los pasos del paseante sino más bien una clase de «vagabundeo poético».


Detalle del jardín inglés del palacio de Caserta.

Simbología del jardín inglés

Este tipo de jardín quiere ser como el paisaje de una pintura. Su disposición irregular, opuesta al orden del «jardín francés», lo encaja como un simbólico de la libertad que encontró necesariamente un eco en la Revolución francesa, frente al yugo del jardín francés. La negación de la simetría se vinculaba entonces con una negación de los códigos. Se volvió el símbolo de la emancipación frente a la monarquía absoluta y sus representantes.

Se trata, con todo, de un «decorado» reconstituido: para la comodidad de los paseantes se puede colocar un banco con el fin de contemplar una parte de agua o aprovechar la sombra de los árboles. La salvaje naturaleza se reconstruye de forma ablandada. La evolución que conoció este tipo de jardín en el siglo XIX ilustra bien esta recreo idealizada de la naturaleza. Su concepción es irregular con caminos tortuosos y vegetación aparentemente no domesticada, dando una impresión natural. Se conservan y se explotan los accidentes del terreno, tales como cuestas. Hay abundante presencia de arbustos, malezas y elementos arquitectónicos.

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